Dicen que el SABER no ocupa lugar. ¿Cuál es el mejor FORMA o FORMATO para preservarlo? Preservar el saber siempre ha sido una tarea ardua, se han perdido infinidad de manuscritos de la antigüedad. Me pregunto que pasará en nuestra era digital en la que gran parte de nuestro conocimiento es depositado en diferentes soportes electrónicos que se van quedando obsoletos. Si no se hace un trasvase sistemático a los nuevos medios de almacenamiento digital que vayan surgiendo, será complicado que estos datos sobrevivan unos pocos años, y casi imposible que perduren miles de años. Yo he dado por perdidos archivos que tenía almacenados en soportes o programas que ya han quedado en desuso. Seguro que esto es un asunto que preocupa a la humanidad entera y desde la ciencia y la ingeniería se está buscando nuevas formas de almacenar grandes volúmenes de datos a largo plazo.
¿Qué SABOR tiene el SABER? El sabor de la excelencia: cuando leo o escucho a personas sabias paladeo esos momentos… Me saben a gloria! Existe una definición que encuentro reveladora para no confundir sabiduría con inteligencia o conocimientos que dice: «Sabiduría es la forma correcta de aplicar el conocimiento». Los test de inteligencia no la miden, todos conocemos personas muy inteligentes y cultas que, por ej. no tienen dominio sobre sus emociones o carecen de empatía hacia los demás. Y ambas son cualidades propias de la sabiduría.
¿Cuál es la mejor forma de EDUCAR? Entiendo que ambas funciones son aplicables a la educación: los docentes, los que tienen la misión de desarrollar una concienca crítica muestran a sus alumnos el camino de la excelencia para proporcionarles la brújula que les permitirá orientarse. Pero además de guiar, también ha de alimentar el espíritu del pupilo con conocimientos técnicos y humanísticos. Así es como se genera el talento.
¿Cómo se debe trabajar la TIERRA para recoger buenos frutos? Para recoger buenos frutos hay que educar. La educación es la herramienta que tenemos para alcanzar nuestras posibilidades de bienestar personal. Vivimos en un entorno cambiante y, para adaptarnos, hemos de estar constantemente aprendiendo. Por eso para progresar como sociedad, hemos de suscitar en los jóvenes el deseo de aprender. Veamos, si alguien tiene la fortuna de crecer en un ambiente acogedor, respetuoso y culto; es decir, si el ejemplo que recibe de su entorno familiar y escolar es bueno y, si además, vive en una sociedad cuyos representantes e instituciones son confiables… podríamos afirmar que esa persona se está desarrollando en un entorno educativo saludable, y por tanto óptimo para construir una sociedad mejor. Todos educamos, por eso se utiliza la metáfora de que “para educar a un niño hace falta la tribu entera” pero solo será una buena educación si la tribu es buena. El problema es que, en educación, lo cosecha tarda unos 20 años… y los políticos no parecen interesados en cultivar nada que no puedan cosechar antes de que finalice su mandato. Es descorazonador.
¿Cuáles son esos frutos? El fruto es generar talento y, si la tribu es buena, formará a personas responsables, cooperativas y justas. En el pasado, la riqueza de un territorio, dependía de sus materias primas, su producción agrícola e industrial o sus finanzas. Sin embargo, ahora la riqueza de una nación se basa en el conocimiento y en la alta tecnología. ¿Cómo se genera el talento? mediante la educación. Está demostrada la correlación entre calidad educativa y crecimiento económico.
¿Qué papel desempeña el DISEÑO (en todas sus vertientes) en todo este proceso de CULTIVO? -CIUDAD. El diseño no solo resuelve los aspectos funcionales de los productos que diseña, tb aporta valores culturales y emocionales. Voy a trasladar esto a la ciudad que es el tema que más me interesa en estos momentos. Las ciudades a través de sus espacios públicos, edificios, o sus comercios nos hablan de cómo es su ciudadanía de sus valores estéticos y culturales. Podemos interpretar el genius loci, el espíritu de una ciudad, a partir de su paisaje urbano. Valencia, a pesar de ser una ciudad con enormes atractivos medioambientales, su espacio público es ruidoso. Y no me refiero al ruido que afecta al sonido, como diseñadora, me refiero al ruido visual. La semiótica define el ruido como perturbación, molestia, interferencia no deseada que causa crispación. En este sentido podemos también hablar de ruido visual que, en el caso de las ciudades, está provocado por el exceso de elementos y estímulos visuales que ensucian y dificultan su comprensión. ¿cuáles son esos elementos y estímulos visuales? la mezcla desordenada de objetos tales como señales de tráfico, semáforos, mobiliario urbano, rotulación comercial y publicidad abusiva, por no hablar de la calidad arquitectónica o el incumplimiento generalizado de las normativas relativas al cerramiento de balcones, aires acondicionados en fachadas, etc…, cuando el ruido se adueña del paisaje urbano, éste se torna agresivo y caótico.
La transformación del paisaje urbano es uno de los objetivos de la capitalidad y estamos negociando la composición de un futuro consejo asesor municipal. Para abordar problemas tan complejos vemos imprescindible la formación de grupos de trabajo interdisciplinares que aporten un enfoque holístico con el objetivo de sentar las bases para generar un paisaje urbano ordenado, inteligible y agradable de ser vivido. El reto es difícil y tardaremos en conseguirlo, pero hemos de ser capaces de crear un marco legal en el que la promoción comercial pueda convivir con los valores patrimoniales y culturales de la ciudad. Insisto en que percibir y apreciar el orden y la calidad urbana, solo se consigue estando en contacto frecuente con ellos. La mirada del ciudadano común se habitúa a la armonía y dignidad visual cuando éstas son las cualidades cotidianas de su entorno vital.
¿puede la FORMA llegar a ser CONOCIMIENTO? Los diseñadores trabajamos con formas: la apariencia, la forma que se da a un objeto, a un edificio o un logo, es el resultado de un pensamiento que se ha hecho visual. El creador materializa a través de la forma sus conocimientos. Por ejemplo, un edificio bien diseñado es portador de un concepto forjado en el aprendizaje y la experiencia del arquitecto que lo diseñó. Deduzco que sí, la forma es conocimiento o la expresión visual del conocimiento.
CONOCIMIENTO también es sinónimo de SENSATEZ o PRUDENCIA ¿Hasta dónde se puede arriesgar en CULTURA? No existe una única definición de «conocimiento», a veces se utiliza la palabra conocimiento como sinónimo de sensatez o prudencia, pero si nos atenemos a la acepción más común, la referida a la información adquirida a través de la experiencia y la educación, entonces no existe ninguna contradicción entre conocimiento y riesgo. Es más, se pueden asumir riesgos desde el entendimiento y el buen juicio.
A la pregunta de si se puede arriesgar en cultura, por supuesto que sí. Las manifestaciones culturales de todo tipo siempre se reinventan, adelantándose o adaptándose a las nuevas realidades sociales o tecnológicas, y para reinventarse hay que innovar, hay que arriesgar. Otro matiz, como diseñadora gráfica he podido comprobar que en el ámbito cultural es donde más me han permitido arriesgar. Y creo que esto se debe, entre otras razones, a que la rentabilidad de la cultura es sobre todo social y no financiera. ¿Hasta dónde se puede arriesgar? el límite es tu imaginación y tu buen juicio.
¿Y en EDUCACIÓN? Pues fíjate que los profesores que nos han dejado huella son, precisamente, aquellos menos ortodoxos, aquellos que desafiaron muchas de las reglas de la pedagogía. Todos hemos visto películas sobre docentes cuyos comportamientos generan controversia, como El club de los poetas muertos o la serie Merlí. Y normalmente esa controversia se traduce en simpatía entre los alumnos y antipatía entre el personal directivo o inspección. Lo que siempre han dicho los pedagogos más sensatos es que lo fundamental para que la escuela funcione es tener buenos profesores. Qué define a un buen profesor? además de sus conocimientos sobretodo le define el amor hacia sus alumnos y a su profesión. Ha de sentir el deseo, la pulsión de enseñar, tener ganas: el buen profesor es vocacional. Deberíamos revisar el sistema de selección de profesorado que tenemos. Las oposiciones no sirven para seleccionar a los mejores. Tenemos mucho que aprender de un país como Finlandia cuyos docentes son profesionales valorados: la educación es una profesión con prestigio y los profesores están revestidos de autoridad, tanto en la escuela como en la sociedad.
A veces la cosecha se malogra ¿A qué tiene que tener miedo un/a CULTIVADOR/A? A ser incapaz de suscitar el placer por aprender. ¿Vivimos en un terreno o en un periodo FÉRTIL? Valencia está apostando por convertirse en terreno fértil para la creatividad. La capitalidad pretende propiciar ese caldo de cultivo que pueda transformar a Valencia en ‘ciudad creativa’. Una ciudad con talento es la que ofrece a sus vecinos las máximas oportunidades para su desarrollo personal, profesional o económico. Pero no debemos olvidar que los cambios sociales requieren de mucho tiempo, podríamos incluso hablar de generaciones… bueno, ahí estamos: abonando el terreno.
¿Crees que ser diseñador es tener una determinada actitud frente a la vida? El diseñador, en el proceso de resolución de problemas, genera muchas ideas en poco tiempo, explora posibles soluciones, construye prototipos o ficticios para validar las hipótesis creativas que va generando, y si no funciona, desanda el camino y explora soluciones alternativas hasta dar con una respuesta adecuada al desafío que se le plantea. Parece que esta es la actitud de alguien que no se rinde fácilmente ¿verdad? Como nuestro método de trabajo está orientado a despertar la creatividad, digamos que nos entrena y capacita para innovar. Ahora, para que esa capacidad transformadora se aplique de forma responsable, con la sociedad y el medio ambiente, es necesario que los diseñadores desarrollemos un ‘pensamiento ético’. Como diseñadora debo preguntarme: Para quién trabajo. Qué valores promueve mi cliente, si son compatibles con los míos… En definitiva qué tipo de diseñadora quiero ser.